miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cobardes nacimos

Cobardes nacimos, osadías nos inventamos. 
Desfiguramos el medroso extracto humano, 
y tan sólo lo coloreamos con valores vacíos que hoy nos dan el nombre de valientes. 
¿De qué coraje me hablan, perfumes apocados? 
Si las venas tiemblan en actos de destierro y clausura. 
Si el abandono nos puede engullir los brazos 
y el desabrigo corroer el hambre y el deseo. 
Si el desamparo nos comprime la garganta, 
si el posible futuro nos estrecha los ideales. 
¿De qué valentía me hablan, fragancias retraídas? 
Si el abandono nos deja los dedos quebrados y las uñas diluidas. 
Si las decepciones juegan con nuestras entrañas 
y beben sangre rabiosa de nuestro frágil espécimen.
¿De qué me hablan, criaturas ultrajadas, veneno impostor?.
 Desatendamos llamados embaucadores creyentes utópicos. 
Inauguremos la visión derrochada, somos la unidad frágil. 
Rey de la abulia, nos devora. 
Príncipe réprobo, nutre el poder de dolor. 
Maldito y rico en proveer recelo y aprensión. 
Soberano de las frustraciones, nos asola, nos quema.
Cobardes nacimos, con audacia nos presentimos.

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