martes, 23 de agosto de 2011

Paz mental


Aunque ecuánime surge el ser humano, aprender a coexistir solo nunca está demás. De ahí brotan las diferencias del ser o estar, de la esencia o la permanencia. La paz mental no se encadena con ninguna fusión terrenal ni entre individuos, si no íntegramente con nuestra naturaleza. Por ello nada más oriundo que disfrutar el tiempo con uno mismo, aunque tome varias edades notar que ningún otro tramo en la vida puede ser llegar a ese grado de pureza y honestidad. Aunque conlleve años discernir la fruición del estar solo, de interpretar el lenguaje cerebral y espiritual. Cultivarse en tiempos de familia, instruirse en períodos de hermandad y compañerismo, aprender a disfrutar en compañía. Todo un gran aprendizaje para alcanzar la armonía y confraternidad con uno mismo. 

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